Artículo de Opinión

ARTICULO DE OPINION

Formato del Periódico La Nación. En su página 28 A, del día miércoles 6 de junio del 2012, dice: “LOS ARTICULOS DE OPINION NO DEBEN SOBREPASAR LOS 4000 CARACTERES CON ESPACIOS. ENVIAR A: foro@nacion.com

La motivación en los estudiantes universitarios

La motivación de los estudiantes en el aula es primordial para lograr resultados satisfactorios recíprocos, es decir, para el docente como para los alumnos. De una forma sencilla, clara y tajante,  Harmer, en el 2001, dijo la siguiente frase: “la motivación es esa fuerza interna que impulsa al individuo a hacer cosas para alcanzar un objetivo”, una fuerza que nos produce a los docentes incentivos emocionales y educativos para logar sembrar en nuestros educandos la semilla preciosa de nuevos conocimientos.  Los educadores contemporáneos han dejado el legado de armas fabulosas, creativas y  cada vez más modernas para que los docentes del siglo XXI, puedan lograr cosechar esa semilla de conocimiento plantada no solo con esmero, sino también con esfuerzo y amor por la docencia, para que los docentes de esta nueva era puedan enfrentar, los grandes retos que demanda  la tecnología informática, y puedan canalizar día a día todo el conocimiento que se publica en la web.

En las últimas décadas los procesos de enseñanza-aprendizaje han pasado por grandes cambios donde ha prevalecido la relación entre aprendizaje y los factores afectivos que nacen dentro del aula, sea presencial o virtual, por el deseo de los educandos en aprender, conocer y asimilar todo aquello nuevo para engrandecer sus conocimientos. Los estudiantes que aprenden rodeados de un clima en que se encuentren motivados  desarrollarán una actitud positiva para aprender mejor, todo lo contrario ocurre con un estudiante ansioso y poco motivado que se creará un bloqueo mental que le impedirá un exitoso aprendizaje (Krashe, 1981, 1985). Diariamente los docentes se encuentran con competencias educativas innovadoras y con nuevos conceptos como competencias constructivistas, y a la vez los alumnos de este nuevo siglo se han preparado desde sus primeros años en la nube cibernética y llegan a las aulas más receptivos y con deseos de aprender “cosas” nuevas, que ellos no saben, son como esponjas que absorben todos aquellos conocimientos que los docentes les queremos inculcar.

Para lograr el óptimo aprendizaje de los alumnos universitarios, debemos,  como profesores revisar nuestra propia motivación hacia el curso, los tópicos que lo forman y analizar la influencia de esta motivación hacia los estudiantes, lo que se reflejará en el aprendizaje de lo que les enseñamos y al tener estudiantes motivados el profesor se motivará más para lograr ofrecer mejor y mayores beneficios educativos para su grupo de clase. Los docentes debemos tener muy presente el hecho de que nunca se deja de aprender y que tenemos que buscar y aplicar los medios educativos de última tecnología,  para lograr motivar a los alumnos en su aprendizaje, pues el docente de hoy debe modernizarse al preparar un proceso de enseñanza, debe disponer de largas horas para su propio aprendizaje sobre el tema y el fin de esta ardua faena es la recompensa de lograr que sus alumnos universitarios capten el concepto que se le quiere enseñar y el mayor premio que un docente recibe es observar a sus alumnos motivados en aprender lo que se les está enseñando, lo cual se observa al tener un grupo atento, con consultas y a la vez con respuestas para sus compañeros, ya la clase magistral unilateral quedó en el pasado, lo moderno, lo actual, para tener un grupo motivado es que los alumnos reconozcan en su profesor, no solo su guía académico, sino también el intelectual que sabe lo que dice y a la vez el docente actualizado que conoce las destrezas informáticas y la nuevas tecnologías.

Otro tema importante en el aula es que debemos aceptar que nuestra práctica sería muy aburrida si todos los estudiantes fueran iguales. En general se definen dos tipos de estudiantes universitarios, los que cursan estudios a tiempo completo, dedicados solo al estudio, y los que cursan estudios a tiempo parcial, ya que conjugan estudios y trabajo y a estos, el profesor debe motivarlos positivamente dentro de la clase para que el esfuerzo que hacen sea valorado por sus compañeros. Dentro de este último grupo se encuentran estudiantes cabeza de familia como padre o madre de familia, también muchas veces nos encontramos con estudiantes que tienen a su cargo a su madre o a sus hermanos, y muchas veces estos parientes pueden padecer una discapacidad o estar en un proceso de una enfermedad terminal, y aquí es donde entra el sentimiento de humanidad que nunca debe abandonar a los docentes. No podemos pretender que estudiantes de este último grupo puedan poner la misma atención que los del primer grupo, por ello es que los docentes debemos ser también amigos y muchas veces consejeros, para lograr esto debemos infundir en nuestros alumnos la confianza dada por exitosos procesos de motivación positiva, la cual podemos lograr con presentaciones de power point que nos llegan de nuestros amigos a nuestros correos, en mi caso particular, este detalle me ha dado excelentes resultados para motivar día a día a mis alumnos, al empezar una clase les paso una presentación motivadora con un mensaje positivo.

Brophy (2004) propone que la motivación de aprender es una competencia adquirida, desarrollada a través de la experiencia acumulada de un individuo con situaciones de aprendizaje, refiriéndose principalmente a utilizar metas de aprendizaje extrínsecas en lugar de metas de desempeño con objetivos muchas veces poco atractivos para los estudiantes, quienes hoy día responden mejor a metas de aprendizaje en las cuales ellos sean partícipes de forma activa para alcanzar exitosamente las metas propuestas de una forma complementaria en lugar de alternativas a los objetivos de aprendizaje (Printrich, 2000). Algunos factores extrínsecos de gran valor se cuenta el profesor, los materiales, las herramientas, el contenido y de una manera primordial los compañeros, que todos juntos hacen un complemento en el desarrollo del estudiante.

La desmotivación o amotivación, también está presente en estudiantes que no demuestran esfuerzo por aprender y solo “pasan por la universidad, sin que la universidad pase por ellos”, estos individuos son poco participativos en el aula pero por lo general son líderes a nivel sociocultural de la universidad donde estudian, pues para aprender hay que querer hacerlo, porque el aprendizaje empieza con el compromiso personal del estudiante. A las aulas también llegan estudiantes poco comprometidos con el estudio, y  son  clasificados como perezosos, con el tan trillado nombre de “déficit atencional”, en algunos casos se les cree tontos o “escasos de mente”, hay muchas formas de categorizar a estos estudiantes, y en vez de ayudarles, estos títulos les crean un ambiente negativo en el aula en el que ellos no se sienten cómodos. Esto hace que no exista una buena relación con su profesor ni con sus compañeros, pues al creer que no pueden tener éxito, presentan entonces ansiedad, aburrimiento y apatía. Sin embargo, la condición de estar motivado o no por aprender, no sólo depende de la voluntad de los estudiantes, si no que el docente desempeña un papel importante en dicha motivación, por lo que debe tomar conciencia de ello y apoyarlo en el manejo de los aspectos que definen el contexto motivacional de la actividad del estudiante.

Las dos categorías de motivación, la intrínseca y la extrínseca, se pueden observar en diferentes grados de motivación en muchos aspectos de la opinión y las metas del estudiante pregrado y a la vez en variadas categorizaciones en los niveles superiores donde el estudiante se define por una especialización, descubriendo que las dos categorías tienen influencia motivacional en los estudiantes. La motivación es esencial para que muchos estudiantes a quienes no les importan cuáles actividades son más interesantes o divertidas, solamente quieran cumplir con los créditos y acabar con el tema completamente para continuar con sus especializaciones. 

Revisemos periódicamente nuestra motivación y la motivación que le damos a nuestros alumnos, nuestros métodos de enseñanza y siempre comparar los efectos positivos y negativos que hemos logrado en el aula al utilizar metodologías diferentes e innovadoras que logran un efecto motivador en el proceso de aprendizaje de los estudiantes. De vez en cuando vale la pena auto examinarnos y auto-criticarnos para crecer como profesionales y lograr que nuestra labor docente sea más productiva y satisfactoria.